Kelly Becerra
Mar de Gea
Mar de Gea nació de la catarsis que Kelly necesitaba para ocupar su mente después de una ruptura amorosa, así se dio el espacio para consolidar la idea de tener su propia empresa de vestidos de baño.
Con la dosis perfecta de optimismo y un capital de $400.000, Mar de Gea comenzó su constitución en enero del 2021 y después de ocho meses de investigación sobre lo que quería y cómo hacerlo, puso a la venta su primer producto tal y como lo había imaginado.
Los tesoros de Mar de Gea
Mar de Gea le apunta a la sostenibilidad y al trabajo consciente. Por lo tanto, opera con nylon de productos pet reciclados y brinda condiciones de trabajo que generen una mejor calidad de vida. “Una operaria me dijo que le iba mejor cosiendo tres días a la semana conmigo que en un mes con una empresa”.
Cambiar las vidas de las personas y enseñarles el costo real de su trabajo, tiempo y conocimiento es lo más importante que ha logrado con su empresa, dice Kelly.
Además de los vestidos de baño funcionales, que pueden ser una prenda de uso diario, Mar de Gea cuenta con una línea empresarial en la que ofrece souvenirs o recordatorios personalizados para las empresas, como riñoneras, forros para iPad, cartucheras y más. ¡Todo con la misma tela reciclada!
Le ha ido tan bien que una vez el Ingenio Manuelita le encargó 250 unidades de forros para computadores, y cuando enseñó sus telas, el pedido ascendió a 1.000. Con este éxito, ahora está planeando los recordatorios del día de la madre, amor y amistad y navidad, proyectos en los que participa con diferentes emprendimientos.
¿Qué hay de las tormentas?
“La verdad, al principio nadie daba un peso por esto”, cuenta Kelly y narra la reacción de su abuela cuando le dijo que iba a estudiar diseño de modas: “usted qué va a estudiar eso, eso es pa’ ricos y usted es negra”.
Kelly se empeñó en lograr su sueño y ahora ve los frutos. Por eso, Kelly cree que es importante “buscar la gente que le siga a uno la cuerda”. Cuando necesita una palabra de aliento, la encuentra en sus operarias y en las personas de los ingenios azucareros (Manuelita y Mayagüez), empresas que la han apoyado en todo el proceso.
A De Mis Manos llegó de manera muy curiosa. En una feria de Medellín, Kelly le vendió un vestido de baño a la prima de una amiga, quien trabajaba en la corporación, pero como no le quedó, Kelly fue personalmente a cambiar la prenda.
Así visitó la tienda y quedó enamorada, “había un espacio vacío y me imaginaba mi marca ahí”, recuerda Kelly. Así fue como la invitaron a hacer parte De Mis Manos y hasta ahora ha recibido asesorías virtuales en diseño de colección, producto y marca, marketing y costos.
Este último aspecto fue muy importante, esto le dio un impulso “para identificar las rentabilidades, lo que le permitió tener una mayor seguridad al negociar con diferentes clientes y soltarse en el mercado”, enfatiza Yamileth Hurtado, su asesora socioempresarial.
La gran ola de Mar de Gea
Este año está casi segura de presentar su primera pasarela nacional, de hecho, hizo los ajustes de la colección con De Mis Manos. Para el 2024 tiene un festival en Brasil, en el que se encargará de los recordatorios, y está en conversaciones con ingenios de México que quieren conocer sus productos.
Eso sí, dentro del emprendimiento hay retos de todo tipo. Kelly se propuso mejorar la calidad de las prendas y aumentar la capacidad de producción, por lo que está próxima a vincular a su primera operaria y va a abrir un taller-escuela con el dinero que ganó en la Fundación Black Ambition, por medio del Festival of the Diaspora.
Y si pudiera darle un consejo a otras personas emprendedoras, sería el de rodearse de la gente correcta, pues una palabra de apoyo sirve más que toda la plata del mundo.
Mientras, Kelly sigue trabajando: “preparándome mucho para poder recibir todas esas bendiciones. Dios te va a mandar la lluvia, pero cuando tengas la tierra abonada, ¿qué estás esperando?”.
Instagram: @mardegea.sw
