


La idea de negocio surgió de un grupo de amigos que se las ingeniaron para unir sus conocimientos en arte, diseño y contaduría en una sola empresa. Así fue como en el 2017 comenzaron a vender productos personalizados, entre ellos calaveras.
De allí viene el nombre pegajoso y rimbombante de La Calaca, su producto insignia. El significado de esta figura decorativa les pareció bonito porque es “ver la muerte de forma pintoresca y alegre”, explica Mónica, muy diferente a cómo se percibe en Colombia.
Igualmente, La Calaca tiene un portafolio bastante extenso y que se actualiza con frecuencia. Cuando miras su Instagram (@lacalacatienda), puedes observar cuadros, cojines, libretas, tulas, pocillos, accesorios y mucho más.
Sin embargo, no todo ha sido tan sencillo como ponerle nombre a la tienda. De los tres amigos fundadores solo Mónica continúa con el negocio, pues durante la pandemia se vieron obligados a cerrar el punto físico en Junín y luego vino la reestructuración.
Desde entonces, el negocio pasó de la amistad a la familia, ahora su mayor colaborador es su hermano.
De todas formas, Mónica piensa que, a pesar de no contar con un espacio físico y tener una gran competencia en su nicho, La Calaca genera una recordación importante. Además, el entusiasmo de esta comunicadora audiovisual se mantiene intacto y piensa en el futuro siguiendo el hilo de las metas de su emprendimiento.
Por ahora, la idea es seguir ganando posicionamiento en las redes sociales. Mientras que en el mediano plazo espera reabrir la tienda, ojalá en un lugar como Junín, y terminar la página web. Su futuro es ambicioso: hacer presencia en diferentes puntos de la ciudad y del país; un reto que está dispuesta a asumir.
En cuanto a los apoyos que ha recibido en estos años de emprendimiento, Mónica expresa que De Mis Manos ha sido una de sus bendiciones, “siempre llega con ferias cuando lo necesito, a la gente le gusta y la aceptación es maravillosa”.
De Mis Manos le ha brindado el apoyo desde diferentes áreas, enfocadas en lo comercial, ventas y desarrollo empresarial. De esta manera, ha podido visibilizar sus productos en las tiendas, ferias y mercados de la Corporación, así como también asistir a cursos y talleres para capacitarse.
Teniendo presente este recorrido y sus impases, hoy Mónica le diría a la Mónica de hace un par de años que “se puede, sola también se puede” y que la libertad laboral que siente con La Calaca no la cambia por nada.
Un comentario
Personalmente me gusta mucho los productos de la calaca! ☺️