Verdades incómodas sobre el consumo
Mientras que el día tiene 24 horas, consumimos más de 600 horas de bienes y servicios. ¿Tantas? Sí, tenemos casi todo el día puestas un par de medias, lo que significa que las usamos más o menos 18 horas al día y al mismo tiempo puesto un vestido o un pantalón, que lo usamos ese mismo tiempo: así, sólo con dos productos, ya llevamos 36 horas de consumo en productos de ropa. Ahora súmale el resto de bienes y servicios con los que interactúas para satisfacer desde las necesidades más básicas hasta las más complejas.
Las mamás compran pañales para sus bebés y son los niños los que los consumen. Compramos más cosas de las que necesitamos y por eso consumimos menos algunas cosas que tenemos. No tiene sentido comprar un traje de noche para usarlo una vez y por eso existe el mercado de arriendo de vestidos, pero sí tiene sentido comprar un colchón que usaremos diariamente por muchos años. La clave está en la intensidad del uso del producto.
El consumidor se ha convertido en el motor mágico de desarrollo, ya que el grado de satisfacción de la relación que tenemos con un producto va disminuyendo con el paso del tiempo, por lo tanto, las compañías continuamente están mejorando sus productos; comprendiendo que la gente se cansa de lo mismo y que esto los impulsa a que siempre se puede hacer algo mejor.
Estas tres verdades, incómodas, pero verdades, son las que contradicen el concepto del consumismo: somos consumidores, no consumistas.
¿Cuál es la diferencia entre consumidores y consumistas?
El término "consumismo" comenzó a usarlo un sacerdote escocés a comienzos de los 1800, criticando que la gente compraba “más cosas de las que necesitaba”, en contravía de las ideas de austeridad, humildad y pobreza que eran parte del credo del momento.
Tiempo después fue tomado como parte de la ideología contra el capitalismo y, en tiempos recientes, es usado por los defensores del medio ambiente por el impacto que genera la sobreproducción en el ecosistema.
Más allá de lo anterior, somos conscientes que comprar de más es un error racional de los seres humanos, ya que nos dejamos guiar por nuestras emociones. Como también es cierto que la sobreproducción tiene serios problemas económicos como la acumulación extrema del capital y un fuerte impacto en el medio ambiente.
Aunque pensar que el diagnóstico negativo es la solución en sí mismo, no tiene sentido. Como personas y/o empresas, se sabe que debemos consumir todos los días y por eso las compañías producen todos los días.
Por ejemplo, se producen miles de millones de panes al día, porque mucha gente los consume a diario y se producen miles de relojes a la semana, porque si bien mucha gente los usa diariamente, son pocos los que los compran cada día. La frecuencia es la clave de todo.
¿Cómo ser consumidor y no consumista?
Se debe hacer conciencia de las frecuencias de compra y de consumo. El pan se puede comprar a diario porque se consume y elimina diariamente, mientras que el reloj se usa más que el pan, pero la máquina dura mucho tiempo.
¿Qué se debe evitar?
Que el comprador compre más panes de los que va a consumir pronto, ya que estos se dañarán. A la vez que, hoy al tener más relojes de los que necesitamos: en la muñeca, en el celular, en el computador, en la pared; se debe comprender que estos cumplen funcionalidades diferentes, más allá de juzgar. Por ejemplo, hay coleccionistas de relojes, que los tienen como joyas, logrando tener una colección que en el mediano plazo puede ser una inversión.
Cada persona tiene necesidades diferentes y aunque el cliente no siempre tiene la razón, siempre tiene una necesidad. Ahora, la pregunta qué surge es:
¿Se consume por necesidad o por deseo?
Recientemente se hizo una encuesta sobre las prendas de vestir para embarazadas, obteniendo como resultados que solo el 22 % respondió que estando embarazadas, compraron prendas de vestir para embarazadas. La categoría de maternidad, pesa cerca de 12 000 millones de dólares y crece por debajo del 3 % anual. Si bien es una categoría condicionada a los embarazos, que están en declive, es una categoría que podría crecer más.
Por otro lado, se encontró que el 73% de compradores de ropa deportiva, no se ejercitan. Sin embargo, la categoría crece por encima del 9% anual y pesará más de 700.000 millones de dólares en el mundo antes de 2030.
Esto demuestra que la necesidad, sin deseo, no funciona para vender y que por el contrario, el deseo, sin necesidad sí. Si tu marca y tus prendas generan deseo, se venderán así no haya necesidad. Pero si “solo” solucionas una necesidad y por ello crees que no necesitas esencia, comunicación y deseo, tus ventas de seguro no crecerán a su potencial.
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