Este es un caso que muestra claramente cómo el tomarse su emprendimiento en serio da tan buenos resultados que se crece rápidamente y el negocio termina manteniendo una casa entera. En esta historia se evidencia el avance que hace un acompañamiento de personas expertas.
Hace siete años comenzó esta historia. Resulta que Maribel Henao se metió a la cocina para sacar postres, que ponía a la venta los viernes. Esto surgió como estrategia para ayudar a su esposo, ya que en las fincas bananeras del Urabá las quincenas no son tan regulares como se quisiera. Así que, con ayuda de su cuñada, comenzó en esto de las recetas sin saber a dónde la iba a llevar.
Por asunto logísticos, se quedó sola haciendo los postres en Carepa. Así fue caminando la cosa, de a pasitos pequeños. Ya por esos días, Hinardo Restrepo, el esposo, comenzó a verle potencial al asunto. Pasó un año vendiendo de a poco y por temporadas de fiesta y fechas especiales.
Hasta que Hinardo perdió el empleo y potencializó la idea de su esposa. Pusieron motor en la cocina y hacían las entregas en su moto. Comenzó entonces con el nombre Delipostres, así no más.
En este punto hay algo importante que contar. Cesantías y ahorros se fueron para el emprendimiento, en algo que no tenían mucha experiencia, como bien lo relata Maribel. Y acá sucedió algo que cambió el rumbo. “Esa inversión se perdió, alrededor de cinco millones de pesos que metimos a una publicidad que hicimos sin asesoría”, cuenta la empresaria.
Buscando que los clientes identificaran a los autores, su logo era un Popeye, apodo del esposo. Pero que nada tenía que ver con lo culinario. “Una asesora me preguntó que si hacíamos postres de espinaca”, comenta en serio pero con humor Maribel.
“Totalmente desorientados, tampoco sabíamos del tema -agrega y cuenta que un año estuvieron trabajaron con ese nombre, con ese logo sobre un fucsia fuerte. Cuando llegué a De Mis Manos y me crearon la marca, fue una experiencia totalmente diferente”.
Realmente la pérdida de esa inversión fue la situación que los impulsó a buscar ayuda de los profesionales. En De Mis Manos contaron con el diseño de marca. “Ahí nos dimos cuenta de la cantidad de errores que habíamos cometido, que así no se diseñaba una marca, que los colores no eran acorde, tampoco el tipo de letra y obviamente el logotipo”, menciona que fue tener la certeza de que el negocio iba para alguna parte, porque ella lo puso en duda muchas veces, “tenemos dos hijos y a veces nos levantábamos con dos mil pesos en el bolsillo, eso es muy duro”.
Pero la historia cambió. Hima Halwa se llamó después de validar en el registro de marca, porque no les permitieron conservar el nombre original. Esto sucedió en un momento en el que ya estaban posicionados con su nueva imagen y todo comenzaba a fluir. La idea vino de sus hijos, lanzaron el nuevo nombre y aún trabajan en el posicionamiento de nuevo. Esto teniendo en cuenta que el ciento por ciento de las ventas se transan por las redes sociales.
Podemos decir que la vida les cambió… y mucho. “Yo no sabía que para emprender uno tenía apoyo, De Mis Manos me abrió a ese mundo”, cuenta que, guiada por esta casa, conoció todas las oportunidades. En 2021 ganó Antójate de Antioquia, participó en Mujeres Emprendedoras de la Gobernación, Innpulsa Colombia, entre otras convocatorias. Se capacitó, obtuvo nuevos recursos, compró equipos, contrató personal. Pasó de prestar para producir a trabajar en su empresa respaldada, con la que mantiene a su familia.
Recomendación de Maribel a las personas empresarias: “Dejarse asesorar”, dice que en De Mis Manos le mostraron cómo tener una marca ganadora y potenciarse en redes; participar en convocatorias para mostrar su producto, validarse, ganar prestigio y financiar su crecimiento; y lo más importante: creer en su idea de negocio. Por esto obtuvo mención de honor en el evento De Mis Manos de este año.
La empresa está en Instagram y WhatsApp. Atiende pedidos en toda la subregión de Urabá, pero se mueve principalmente en Carepa, Apartadó y Chigorodó.