Kuitsa viene de una terapia para el alma

Para contar la historia de Kuitsa se debe relatar la de su creadora. Lina Pineda estudió Licenciatura en educación prescolar, se casó joven y decidió dedicarse a su familia en casa, como lo hizo su madre. Dice que se metió tanto en su papel como cuidadora que se olvidó de cuidarse a sí misma.

El estrés y la depresión ya comenzaban a socavar su salud. De la preocupación de su familia salió una lista de actividades con las que Lina podía recuperar su bienestar. Dentro de esas cosas estaba el macramé, que al final fue lo que la ayudó a salir de ese estado.

Comenzó con su hermana un emprendimiento elaborando piezas tejidas en una empresa de confecciones. Pero la cuarentena por la pandemia cerró la fábrica a la que proveía. Sin embargo, las ganas de crear estaban instaladas, así que no había quien atajara. Lina comenzó a ver en redes sociales diseños de accesorios. Fue inventando, tejiendo, vendiendo y comenzando de nuevo. Fueron de a poco en un inicio, con ventas entre la familia y amigos.

La idea fue tomando forma y ahora elaboran manillas, aretes y collares en esta técnica. “Con Kuitsa ya son tres años. Pero el emprendimiento ha sido una constante en la familia. Crecí con una mamá emprendedora, que involucraba a toda su familia en su emprendimiento. Cuando fui creciendo, fui teniendo mis ideas de negocio con mi hermana”, recuerda.

Kuitsa es una creación de Lina y Patricia Pineda, las dos hermanas de este relato. Pero siempre mencionan como el soporte principal a hijos, esposos, mamá, familia propia y política porque han sido quienes las animan, les compran y están para lo que se necesite.

Pero el camino tiene baches en algunos tramos. Las dificultades comenzaron cuando pareció la necesidad de buscar clientes, los amigos y la familia ya lo habían comprado todo. No sabían cómo costear, cómo ni dónde vender, cómo valorar el trabajo a mano.

Son muchas las maneras como llegan las personas empresarias a De Mis Manos. La de estas hermanas fue particular. “Una vez salí con mi hija a Unicentro a dar una vuelta. Llevaba algunos de los accesorios en el bolso. Le dije que ofreciéramos en el centro comercial, de pronto a alguien le interesaba en los almacenes. Entramos a la Tienda De Mis Manos. Dijeron que sí, que si queríamos vender allá teníamos que ir a una reunión. Fuimos y nos quedamos”, relata.

Parafraseando a Lina, no había empresa. Entraron al diagnóstico y salieron con capacitación en finanzas, marca y diseño de producto, estas fueron algunas de las materias vistas en el aula virtual en medio de la pandemia. “El trabajo fue muy bueno y lo van llevando de la mano. El avance fue grandísimo. Además, con personas muy especiales porque uno comienza muy inseguro”, indica Lina.

La metodología es lo que más resalta de la experiencia De Mis Manos. No solo se explica, también se buscan nuevos caminos para hacer las cosas, dejan tarea y se aplica a la empresa. Todo de la mano de los expertos. Diseño de productos fue una de las aulas de Lina: “¡Excelente! me gusta porque nos dan mucha seguridad y confianza con respecto al producto y me gustó tanto que mi segunda colección también la hice con el acompañamiento De Mis Manos”.

Respecto lo que debió ser ingresado al taller, todo se ajustó con las asesorías. “Pudimos costear adecuadamente; tuvimos una buena imagen de la marca, que también la hizo De Mis Manos; conocimos del público objetivo y de todos esos temas que son importantes para poder darle forma a nuestro emprendimiento”, anota Lina.

En palabras de la empresaria, los resultados obtenidos han sido visibilizar la marca con seguridad, mejorar diseños en estética e innovación, promocionar sus productos en ferias y en Televid, y mostrar sus creaciones en la Tienda De Mis manos y en otros puntos de venta externos.

Lo aprendido: “Cuando nos alimentamos nosotras mismas y luchamos por nuestros sueños y nos miramos un poco más, somos capaces de dar lo mejor a esas personas que están con nosotros, que son tan importantes y un regalo tan maravilloso que son los hijos”.

El consejo para las personas empresarias: “Soñar y luchar por los sueños, no darse por vencida, el camino del emprendimiento es difícil, pero si somos constantes, podremos llegar a la meta trazada, y estar de la mano de Dios, de la familia y De Mis Manos, que son tanta ayuda para los emprendedores, yo siempre le digo a De Mis Manos: gracias, por apoyarnos tanto.”