Herencia Tejidos, de lo que dura para siempre

Básicamente es una contadora de historias, esta marca honra el trabajo tradicional de las manos femeninas antioqueñas. De patrimonio, de técnicas ancestrales, de recuerdos de la abuela, de renovarse, de lo que no muere, eso es lo que cuentan estas líneas.


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Laura García

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Laura García

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En casa aún conservan los tejidos de la abuela. En el álbum, en el que se convirtió Instagram, se encuentra una foto de Marta Rosa tejiendo una manta que aún guardan, después de 27 años. De recuerdos para toda la vida, de eso se trata esta historia.

Desde mucho antes de ser marca, desde hace años, Herencia Tejidos ya existía como actividad creativa, para consumo del hogar y como ayuda económica. La historia comenzó con las manos de esta abuela que tejía en croché. Así que Laura García, quien gestó la idea de crear empresa, veía enredar hilos desde niña.

La continuidad de la tradición estuvo en manos de Margarita y Marleny Urán, madre y tía de Laura. Pusieron a funcionar máquinas para hacer tejidos en casa y en fábricas. La madre sufrió una afección que le impidió seguir creando con hilo en esos días y eventualmente la fábrica en que trabajó la tía cerró sus puertas, no sin antes heredar máquinas, con las que comenzó a tejer de manera personalizada, sin dar mucho abasto por la cantidad de pedidos y por el tiempo que tomaba cada prenda.

Se guardaron por cinco años durante la enfermedad y el fallecimiento de la abuela. Mientras que Laura ya completaba más de una década trabajando como psicóloga, aunque todo fluía en ese aspecto, anhelaba mayor estabilidad. Se le ocurrió comenzar una marca con lo conocido, pero la idea aun no llegaba al punto de cocción.

Entre lo uno y lo otro, como Laura también es bailarina, se percató de un vacío en el área de la danza, productos que difícilmente elaboraba la industria nacional y por ende eran costosos. “Le dije a mi tía, saquemos las máquinas y montemos una empresa, hagamos medias calentadoras”, su idea conectó con el ánimo de la experta tejedora, que venía pensando en qué tejer desde hacía días.

Sin saber de dónde iban a salir los clientes, alistó diseños y comenzaron a tener reserva de productos para la venta. Idea que era nueva y daba susto. “Pienso en ese momento y me da risa, veinte pares de medias no son nada, pero era un riesgo”. En la academia de baile de una amiga se dio la primera venta a una clase completa. Prestó los productos para una práctica y una sesión de fotos y las sintieron tan bien que no las devolvieron. “Así que llegué sin nada a la casa, lo vendí todo”. Hasta contratos para maquila consiguieron las tejedoras por esos días de inicio.

Fueron creciendo, fueron diversificando los productos a gorras, chalinas, busos, entre otros tejidos. Sin saber mucho de Instagram, comenzó Laura a montar fotografías e historias, a crear comunidad con paciencia y a contactar clientes. De veinte pares de medias, sacan ya producción de 1.200 piezas.

“Ha sido una cosa muy bonita, comenzamos solo las dos y hemos escalado tanto que a veces tenemos hasta siete contratistas, generamos empleo. Tenemos un mensajero que es casi fijo, cinco tejedores adicionales y una señora que nos ayuda con la costura. No es fijo porque depende de los contratos, pero estamos muy pendientes”, los solicitan bastante, así que están en la dinámica de generación de empleo siempre. Con el tiempo y el correr de los días en las máquinas, la madre terminó también por sumarse al grupo.

De Mis Manos aparece en la historia, cuenta Laura, porque sintió la necesidad de movilizar la marca, de comunicarla. Las Tiendas la hacían soñar con ver sus tejidos en este espacio. Así de sencillo es tomar acción: solo preguntó, al día siguiente estuvo en la Jornada Empresarial y comenzó el acompañamiento. Un trabajo duro en el tema de diseño y la tenacidad en crecer la idea, hicieron que Herencia Tejidos consiguiera mención de honor en nuestro evento anual.

“He entendido muchas cosas en medio del caminar”, Laura cuenta que los días difíciles en este generar empresa han implicado perder y recuperar el equilibrio de cargas entre la vida personal y laboral, en el saber administrar y proyectar los recursos para saber a cuántos contratos se puede responder, la soledad que en ocasiones sienten los emprendedores, el manejo emocional por abrumarse cuando llega el crecimiento.

En crecimiento está Herencia Tejidos, cuenta Laura que el año anterior trabajaron con una marca para Colombiamoda y siguen para arriba las ventas. Se le encuentra en Instagram, Facebook, WhatsApp, tiendas físicas como la del Parque Arví, Femeninas en La Ceja y De Mis Manos. Tiene envíos en todo el país.

Un consejo para las personas empresarias: “Creer que siempre es posible. Mira la historia de las veinte medias, cuando uno está empezando cree que las cosas se van a quedar en ese punto. Pienso que si uno tiene una idea de negocio muy potente y que sabe que tiene el arte para eso, porque quienes estamos en De Mis Manos somos artistas en lo que hacemos, y que lo que uno hace nadie más lo hace así, es allí donde uno debe conectar. Nunca he pensado en cerrar, pese a las crisis, porque estoy segura de lo que hacemos”.

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