Esmaltarte Cerámica aprendió que lo tradicional también puede ser distinto

“La dedicación a la cerámica es algo tradicional y patrimonial” destaca Olimpia Pabón Cardona, creadora de Esmaltarte, una empresa nacida en el municipio carmelitano. “Siempre ha sido un taller muy familiar, donde el maestro artesano es mi esposo Francisco José y ha sido apoyado por nosotros como familia”, cuenta Olimpia, quien después de una vida como rectora de instituciones educativas, decidió ponerle el ojo a los asuntos administrativos para sacar adelante la idea.

Revisando el plan de negocios, el papel les dejó ver que faltaban empaques, tarjetas, logo, registro de marca, entre otros asuntos más que necesarios para comenzar a poner las alas al sueño.

Así fue como Esmaltarte llegó a De Mis Manos como parte de un convenio con la Administración Municipal, para lograr los ajustes necesarios en sus productos.

“La asesoría que recibimos fue, más que todo, en cuanto a diseño de producto. Fue algo muy valioso que aprovechamos bastante. Tuvimos en cuenta las tendencias, los colores, los mismos productos, para desarrollar una colección que estuviera acorde al concepto que estábamos desarrollando en nuestro taller”, comenta la protagonista.

“No se imaginaban cómo podía lo tradicional ser distinto”, recuerda Giovanni Rodríguez Villegas, asesor de diseño de producto De Mis Manos.

Comenzó Olimpia este proceso con una metodología de cinco pasos: definición de concepto, investigación de referentes, creación, elaboración de prototipo y revisión. “La experiencia fue muy linda, muy productiva, especialmente para mí que siempre estuve al tanto de no perderme ningún taller. Fue difícil porque teníamos que organizar nuestro tiempo y también ir replicando algunos conceptos dentro de nuestros productos”, explicó la empresaria.

Confirma Giovanni, que salía de clase con las lecciones y las aplicaba con el equipo, y volvía con nuevas ideas y la tarea hecha. “Es muy gratificante el acompañamiento con quien quiere trabajar, explotan el potencial que a veces ni ellos creen que tienen”, dice el asesor.

Ese juicio lo aplicó en: la definición del concepto, que implicó establecer la finalidad de la colección; en la investigación de referentes como tendencias, competencia, colores; en la creación, donde se le movió el piso; cuando elaboró el prototipo; y en la revisión de lo creado; y luego coja vuelo.

“Llegamos a una historia muy linda, volver al origen”, pero en un matrimonio armónico con lo contemporáneo, “se da cuenta que acá pueden surgir nuevas ideas, propuestas de diseño”, explica Giovani, quien detalla que De Mis Manos comparte conocimientos pero también entiende el universo de cada creador y les enseña aprovechar sus recursos para que avancen.

Esto quiere decir que las pinturas tradicionales tuvieron un cambio en las formas, en cómo crean universos en los platos, en las tazas; pero conservando lo propio de la centenaria tradición. Un comprador identifica que la pieza es hecha por manos carmelitanas, pero encuentra diseños innovadores.

No solo replantearon el diseño, también aprendieron de mercadeo, ahora direccionado por la empresaria. Narra que en este viaje sacaron una muy buena colección, llamada Patrimonio, miraron las tendencias e idearon cómo publicitar para que el cliente se enamore irremediablemente. Es así como, al ingresar a su cuenta en Instagram, se ve un muro con publicaciones frescas, con sentido y propósito, con una estética bien definida, que hace que se quiera ver más del producto.

“Un consejo: aprovechar la oportunidad”, esto recomienda Olimpia a las personas empresarias, ella atendió a cada explicación en la asesoría, la puso en práctica y dice que se reflejó en un valor agregado: un producto bien pensado. Uno que llegó hasta Expo Dubai, cuando ProColombia fijó la mirada en el trabajo de este taller de tradición renovada, comprobando que es una marca con alas.